Encontrar motivación y crecimiento en medio de la dificultad es uno de los retos más difíciles que podamos experimentar los seres humanos, ya que cuando las situaciones en nuestras vidas no salen acorde a lo que esperábamos,  es más fácil sentirse decepcionado, confundido y sin fuerzas.  Cualquier persona puede tener fuerzas, fe, ideas, deseos o amor en los buenos momentos.

Sin embargo todas estas palabras se ponen a prueba en medio de la dificultad.  El verdadero crecimiento personal, espiritual y de carácter, se da en los momentos más difíciles. Cuando llegan estos momentos en los que hemos sido golpeados y nos toca levantarnos, es justo ahí donde toda nuestra seguridad y fortaleza es probada.

Debemos permanecer fieles a lo que en esencia somos, sin que lo ocurrido endurezca nuestros corazones y nos lleve a escondernos en nosotros mismos. Debemos mantener una disciplina firme observando el objetivo y evaluando todo lo positivo que nos genera enfrentar y no huir de la dificultad.

En medio de las dificultades haremos cosas que nunca creeríamos podíamos hacer,  y veremos a Dios hacer cosas que nunca imaginamos.  Lo siguiente es el resumen de un evento descrito en la biblia en el libro de Mateo 14:22-33.

Los discípulos habían visto muchos milagros de Jesús, pero justo en medio de la tormenta y solos en el mar, después de luchar por horas contra la tormenta, lo vieron hacer algo que nunca habían visto de Él, y fue verlo caminar sobre el mar; en adición Pedro hace algo que nunca había hecho cuando le pide a Jesús también caminar sobre el mar; sin embargo poco después de estar sobre las aguas y al ver los fuertes vientos Pedro sintió miedo y empezó a hundirse al quitar los ojos de Jesús.

Cada vez que ponemos los ojos en la situación que nos agobia, nos sentimos más tristes y deprimidos,  llevamos esa carga a cuesta la cual no nos permite ver el lado positivo a la adversidad.  Para cada persona el proceso de sobreponerse es diferente; sin embargo  llegara el momento en la cual debes decidir no vivir más así, es hora de poner un alto, decir he decidido triunfar,  y es justo aquí cuando la adversidad deja de ser un dolor emocional y se convierte en un motor que motiva al cambio.

Hay bajo el sol un momento para todo, y un tiempo para hacer cada cosa.  Aprovecha cada aliento de vida hoy, ríe, llora, ama, esforzarte,  inténtalo una y otra vez, habla y piensa solo cosas positivas de tu persona, vamos anímate.

Si hoy estas enfrentando a la adversidad recuerda que Cristo venció esa batalla por ti, pon tus angustias delante de Él y descansa. Personalmente sé que no es fácil en lo absoluto, somos seres humanos y sentimos pero vale el gozo seguir intentándolo.