Las personas tienen sueños y metas que desean alcanzar, cada ser humano en este planeta quiere lograr algo diferente; sin embargo no es posible hacerlo sin antes visionar ese objetivo. Primero debemos mantenerlo fijo en nuestra mente ya todo comienza con una visión.
La vida gira en dirección de aquello que más ocupa nuestros pensamientos, es importante saber que para alcanzar el éxito en algún área específica de la vida, debemos empezar con el fin visualizado. Hay que estar listos para poder recibir eso que deseamos antes de que ocurra.
La diferencia entre los que logran alcanzar una meta y aquellos que no, están en el esfuerzo y el compromiso para hacerlo, está en la visión verdadera que tienen sobre sus sueños. Si realmente lo desean, tienen que estar dispuesto a sacrificar el hoy, por lo que serán mañana.
Si quieres ser bueno en matemática, entonces tendrás que sacrificar horas de sueño practicando, dejar de dormir por días si es necesario hasta convertirte en el mejor matemático, así debes verte y no conformarte con menos de eso.
Si quieres ser exitoso en los deportes, entonces tendrás que pasar horas entrenando, deberás sacrificar salir a una fiesta, a reuniones, a todo lo que pueda desviarte del camino. Debes verte exitoso y conectarte emocionalmente con la sensación de triunfo antes de que ocurra.
No veas el precio que pagas, no veas lo que cuesta hacer algo, eso paulatinamente te desmotiva y puede hacerte renunciar, no pienses en la obligación, piensa en la oportunidad y esta hará que te esfuerces. La vida premia la tenacidad, el esfuerzo y las ganas que muestras al enfrenar situaciones retadoras.
Muchas veces deseamos el producto final, y nos enfocamos solo en el beneficio, que no hacemos el proceso como corresponde. Se imaginan un arquitecto empezando a construir una casa sin antes haberla diseñado en el plano, ciertamente sería un fracaso. Nuevamente sin visión no alcanzaremos metas.
Jeremías 1:15 “Antes que te formase en el vientre te conocí, y antes que nacieses te santifiqué, te di por profeta a las naciones.”
Antes que existiese el mundo, antes de ser formados no solo Dios nos pensó en la forma que seríamos, sino también qué cosas haríamos, él ya tenía visión de nosotros. Fue una elección muy específica, con motivos y razones muy claras.
Todo comienza con una visión.