Has pensado si llega el día en donde el tiempo se acaba, donde no tienes un segundo más de vida, en donde todo lo que has dejado de hacer cruza por tu mente como un relámpago.
La llamada no realizada, aquella conversación sin concluir, un abrazo no brindado, una palabra de aliento no entregada. Las horas consumidas en nuestro propio mundo, en nuestras obligaciones laborales, olvidándonos en muchas ocasiones que existen personas en nuestro entorno que anhelan nuestra presencia.
Decimos mañana escribo, mañana llamo, luego lo hago, y vamos postergando lo que realmente da valor a la vida, tratando el tiempo como si tuviéramos dominio de él. Nos concentramos en el futuro sin estar presentes en cada evento de nuestras vidas. Hemos sido tan absorbidos por el mundo actual, que nos olvidamos del hoy, y nos afanamos con lo que sucederá mañana. No digo que no es importante planear; sin embargo estar tan preocupados por el futuro, nos limita más de lo que pensamos.
En la medida que pasan los años, apreciamos más el tiempo que el dinero, apreciamos más la oportunidad de ayudar que el éxito personal, apreciamos más el tiempo que Dios nos permite estar en este mundo. Llega el momento en donde lo superficial ya no es relevante para nosotros, en donde las prioridades cambian.
Muchas veces permitimos que las circunstancias nos agobien de tal manera, que no nos damos la oportunidad de ver la vida desde otra perspectiva. Nos hemos olvidado de vivir plenamente, de pasar más tiempo de calidad en familia, y no solo dedicados al trabajo, de ser más abiertos con lo que sentimos y expresarlo libremente, nos alejamos de los buenos amigos, y nos perdemos la oportunidad de ser felices.
Hoy es el día para hacer la diferencia en tu entorno, hoy es el día para ir detrás de lo que anhelas, hoy es el día para pedir perdón, hoy es el día para perdonar. Llegará un día en donde lamentarnos ya no agregará valor, llegará el día en donde las largas horas de trabajo ya no importaran, llegará el día en donde lo que más importa en tu vida preguntará dónde has estado.
Decide entrar al juego de la vida, a ser cooperativo, a entregarte a ti mismo sin filtros, sin expectativas, solo sabiendo que tú puedes hacer la diferencia.
Atesora cada momento de tu existencia, recuerda que el tiempo no espera por nadie.
Me aterra la idea de no tener un mañana… de morir sin legado… sin haber mejorado algo en el mundo. Aun hoy me atormenta, …pero SI LO HICE… Yo declaré y redacté los derechos inalienables de la Persona Natural, lo cual cambia el mundo x completo. Los registré y ahora nos liberaré de la opresión en cuanto estén listos. O sea dejen de ser esclavos, ateos, inmorales. Etc. TrueRebel.net